Córdoba. Villa General Belgrano, Carlos Paz y Traslasierra, tres ejes del verano

Gabriela Origlia

PARA LA NACION
Región por región, la provincia muestra su mejor cara: tradiciones y sabores centroeuropeos, naturaleza y cultura; los certificados de “destino seguro” aportan confianza al turista.

 

Las principales zonas turísticas de Córdoba ya comenzaron a recibir visitantes de todo el país; las expectativas de las autoridades y de los empresarios son moderadas porque las reservas están bastante por debajo de años anteriores. De todos modos, hay operadores que entienden que la mayoría de los turistas llegará sólo con consultas previas. Villa General Belgrano, Villa Carlos Paz y Traslasierra son las áreas que mejores proyecciones manejan de cara a este mes, también por la experiencia de los fines de semana extralargos de diciembre, cuando ya estaba habilitado el movimiento interprovincial y la llegada de aquellos de otras provincias con casa en Córdoba.

Los precios de los alojamientos están entre 30% y 40% por encima de los del año pasado, aunque habrá hoteles que no abrirán. La mayor demanda es, hasta el momento, para la hotelería y complejos de cabañas de más categoría. También viene bien el alquiler de casas con piletas. En esos segmentos, se espera una ocupación promedio del 80% y una estadía base de siete días. El titular de la Agencia Córdoba Turismo, Esteban Avilés, admitió que pese a la perspectiva favorable la que recién comienza será una “temporada especial” en la que el sector “no va a alcanzar a recuperarse por lo profundo del impacto económico que atravesó”.

Insistió en que todos los actores vinculados fueron capacitados en base a los protocolos vigentes; la Provincia firmó el convenio con el Gobierno nacional para usar al programa CuidAr Más Turismo. El traslado podrá justificarse con las mismas reservas; no se exige PCR ni cuarentena. La Nación construyó hospitales modulares para Covid-19 en Mina Clavero, Santa Rosa de Calamuchita y Santa María de Punilla. Ante situaciones sospechosas por síntomas, los turistas deben dirigirse a esos centros o a los hospitales provinciales.

Córdoba espera a los visitantes con toda la gama de actividades al aire libre tradicionales y que este año, por las condiciones sanitarias especiales, los prestadores esperan que tengan más demanda. Trekking y caminatas con guías, cabalgatas, deportes náuticos y avistaje de aves están habilitadas con sus correspondientes medidas de bioseguridad. Tienen la ventaja de que, para la práctica no profesional, no requieren de preparación especial y se pueden disfrutar en familia.

Todos preparados

Villa General Belgrano, en Calamuchita –el valle caracterizado por las tradiciones centroeuropeas– recibió el sello safe travel a nivel internacional por cumplir las normas requeridas para darles tranquilidad a los visitantes. La ciudad cuenta con una infraestructura desarrollada y atracciones naturales como el Cerro de la Virgen y Pico Alemán (desde donde se logran las mejores vistas) y los ascensos Cristo Grande y Cristo Chico para quienes son fanáticos de las caminatas. Pozo Verde es la reserva natural de la zona y, ya en el centro, se puede recorrer la Torre del Reloj y el Paseo de los Arroyos, que está muy cerca. La gastronomía es un factor de seducción más de la zona.

Gabriela Cachayu, secretaria de Turismo, indica que la Municipalidad preparó 35 noches temáticas de espectáculos que llegan hasta después de Carnaval; enfatiza que se tomaron todas las medidas para que no haya aglomeraciones y, además, generaron una aplicación para celulares con todos los datos; quienes la descarguen participan de un sorteo de siete noches de estadía. En cuanto a precios, las cabañas de mayor categoría para cuatro personas rondan los $10.000 por noche; los apart están entre $5000 y $10.000 por noche, al igual que los hoteles. Hay alojamientos más básicos desde $3000 la noche. En la zona se puede disfrutar también de La Cumbrecita, Santa Rosa de Calamuchita y Los Reartes; hay bodegas boutiques abiertas al público, reservas de animales y pulperías centenarias que esperan a lugareños y visitantes.

 

 

Nono, en Traslasierra (el oeste cordobés), es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Está atravesado por dos ríos y los complejos de cabaña –el tipo de alojamiento dominante– garantizan espacio y separación entre las unidades. La expectativa del secretario de Turismo, Willy Vaccani, es alcanzar una ocupación del 85% este mes. Las habitaciones dobles de buen nivel se consiguen desde $8000 y una cabaña para cuatro, $10.000. Afirma que las consultas apuntaron a pasar 15 días o más en el lugar.

Apenas a ocho kilómetros está Mina Clavero; hace poco más de un año su río, que tiene un recorrido de apenas 14 kilómetros y atraviesa la ciudad a la que le da el nombre, fue elegido como una de las siete maravillas naturales de la Argentina, en el concurso organizado por la fundación internacional New Seven Wonders. Se distingue del resto de los cursos de la zona por las propiedades termales de sus aguas y por sus playas de 300 metros, que no se dan en ningún otro lugar del valle. La cuenca tiene la particularidad de que es cerrada con paredones de los dos lados hasta que, ya en la ciudad, se abre y da lugar a las playas. Los arroyos que lo conforman nacen en dos zonas naturales protegidas de Córdoba, la Pampa de Achala y la Quebrada del Condorito.

Ariel Panella, a cargo de Turismo, apunta que recibieron el certificado de “destino seguro” del Instituto Nacional de Promoción Turística (Improtur) y enfatiza que quienes lleguen deben probar el “sabor chuncano”, típico de la gastronomía de la zona. Cada localidad de Traslasierra tiene su atractivo singular. Villa Dolores, Mina Clavero, Villa Cura Brochero (donde desarrolló su tarea pastoral el primer santo argentino) y Nono se perfilan más para las familias. Otros pueblos, más pequeños y cercanos al límite de Córdoba con San Luis, como Villa de las Rosas, San Javier, Yacanto, La Población, Luyaba, La Paz, Los Manantiales y La Ramada, son ideales para quienes buscan combinar la tranquilidad de las sierras con alimentación orgánica, meditación y yoga.

Punilla y más allá, el “mar”

El pasado inglés existente en Córdoba está en La Cumbre, en el Valle de Punilla. Nació a fines de 1890 en torno del ferrocarril, que trajo trabajadores ingleses que terminaron quedándose. Su nombre se debe a que es el punto más alto en el recorrido de las vías que llegaban a Cruz del Eje; fue el lugar elegido para vacacionar por los apellidos ilustres de Buenos Aires; muchas de las casonas llevan el sello del arquitecto Carlos Thays, diseñador del Jardín Botánico porteño. El Golf Club –fundado en 1924– fue el lugar predilecto para fiestas, cacerías de zorro y cabalgatas en los años 30. Un registro municipal da cuenta de 50 artistas plásticos instalados en la zona y de unos 30 escritores. Para el pintor Miguel Ocampo fue su casa en las últimas décadas, hasta su muerte en 2015, y Remo Bianchedi vive allí desde hace tiempo. En 1969 llegó Manuel Mujica Lainez, que vivió con su esposa, Ana de Alvear, y sus tías. Melina Stanich, encargada de Turismo de La Cumbre, cuenta que esperan un 80% de ocupación con picos de hasta 90%; para dos personas los precios arrancan en $2900 y para cuatro, $3500. Los dos hoteles sindicales esta temporada no abren y los dos alojamientos más selectos, están a $6500 (Villa Art) y US$125 (El Castillo). Muy cerca se puede practicar parapente y ultraliviano (Cuchi Corral) y hacer senderismo, visitar la reserva de monos carayas, la Estancia El Rosario (un ícono de los alfajores cordobeses) y enero es ideal para pasear por la plantación y destilería de lavanda.

También en Punilla, Villa Carlos Paz es un destino tradicional en especial para quienes llegan de Santa Fe y el norte del país. Sebastián Boldrini, secretario de Turismo, señala que lo más buscado en alojamientos son las propuestas de más categoría y destaca que hay promociones para cuatro o cinco noches. Por base doble se parte de $2800 la noche hasta $4500 y las cabañas, desde $3500 a $7000, siempre dependiendo de los servicios y la infraestructura. “Nos focalizamos en la concientización y prevención; quienes llegan reciben un kit sanitario y un código QR con toda la información; apelamos a la responsabilidad social pero habrá referentes que controlarán y restringirán los ingresos a balnearios y a la peatonal”, explica. La cartelera teatral suma un atractivo más.

A unos 200 kilómetros de la ciudad de Córdoba está Mar Chiquita, que varias veces renació de las aguas tras la inundación de 1977. Desde inicios del siglo XX el lugar era elegido por europeos y argentinos atraídos por su barro curativo y sus centros termales. En su época de oro sumó 7000 plazas hoteleras. Es el mar de la provincia sin costas. Con unos 6000 kilómetros cuadrados, la laguna (hoy sus aguas contienen 90 gramos de sal por litro) es la más extensa de Latinoamérica; comparte con el Mar Muerto de Israel las propiedades de su barro terapéutico. En las costas, en especial hacia la desembocadura del río Dulce, hay cientos de flamencos rosados. ß

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